Al seguir de cerca el proceso
de la política venezolana desde el mes de febrero de 2019 puede constatar que
el periodismo está en una permanente
competencia por adelantar los hechos que no ocurren; se fundamentan en rumores,
concluyen situaciones de hechos ciertos que no tienen los efectos que los
periodistas desean, políticos opositores tratan de posicionarse criticando al
Presidente Guaido, muchos de ellos aconsejan al Presidente por la no aplicación
del artículo 187 N° 11, lo critican por aceptar la intermediación de Noruega,
las reuniones en Barbados, es decir, no están contento con el trabajo de Juan
Guaido.
Suponen que Maduro está
ganando porque todas estas “vacilaciones” le estarían otorgando al dictador una
ventaja estratégica, tienen razón si solo analizan lo que hoy ocurre de manera
estática, sin considerar que el proceso tiene un dinamismo que partió hace solo cinco meses, que Juan Guiado
no había establecido un proyecto para dirigir el enfrentamiento con la
maquinaria controlada por la pandilla que ha usurpado el poder.
Los primeros pasos que dio
Guaido debieron ser, necesariamente, intuitivo e improvisados, las enormes
concentraciones que lo acompañaron demostraron que los venezolanos necesitaban
liberar la angustia y respaldar al joven
presidente de la Asamblea Nacional.
Describió clara y visionariamente la crisis, la corruptela, las necesidades
urgentes de su pueblo.
Solicitó la ayuda humanitaria, en Cucuta se
organizó un concierto que demostró respaldo internacional, más de cincuenta
países lo reconocieron como Presidente Interino, el Presidente de los EEUU,
comenzó a jugar un papel clave en configurar una alianza internacional para
asegurar la salida de Maduro del control del poder.
En esta proceso se cometieron
algunos errores, pero Guaido no perdió la esperanza, ni la calma y propuso a
Venezuela tres objetivos intransables:
el término de la dictadura, un gobierno de transición, elecciones libres y
democratiza: los venezolanos tenían un líder con causa, con objetivos simples,
claros y posibles, todo simple, todo entendible para un pueblo angustiado.
Si bien nadie puede conocer
como se han desarrollado las conversaciones,
como se lograrán los objetivos, el Presidente Trump, con su frase “todas las posibles
acciones estén sobre la mesa” reforzaba la esperanza y le otorgaba a Juan
Guaido respaldo y credibilidad.
¿Quién ha aprovechado los
tiempos que se han dado por las conversaciones?
Durante ese tiempo Maduro ha
perdido a su más importantes aliado internacional, China espera el resultado
para negociar con quien sea triunfante en este enfrentamiento, se comienza a
resquebrajar la unidad interna del régimen, Diosdado Cabello boicotea las
conversaciones de Oslo/Barbados.
En este proceso los EEUU han
consolidado una alianza multinacional para la acción que sea necesaria para
terminar con el régimen de Maduro.
Juan Guaido mantiene sus
objetivos y exigencias sin cambiar una sola coma.
No podemos saber hoy cual
será la solución.
Juan Guaido no ha perdido,
para bien de los venezolanos.
Julio Bazán A.
13 de julio, 2019.
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