domingo, 26 de noviembre de 2017

Política “rasca”



Política “rasca”

Esta mañana oímos a cuatro políticos activos definiendo sus  respectivas posiciones.
Es sorprendente constatar, una vez más, que nos existe una definición que contemple  una estructura que es básica para conformar un sistema de ideas y de propuestas que permitan conocer cual es la solución que se propone para gobernar.
Un programa, cualquier programa, debe contener algunas definiciones claras:
1.- Diagnóstico, es decir una exposición clara y cinéticamente comprobada de los problemas que la sociedad tiene es decir, que no basta una emocional referencia sobre los males que existen en salud, educación, viviendas, capital cultural, ineficiencia del Estado, es necesario dar a conocer cuales son estas deficiencias, como se presentan tanto en su extensión como en su composición en el cuerpo social; debe, esta definición, ser realista  y fundamentada.
2.- Proponer en el orden del “deber ser” los objetivos que se pretenden alcanzar con las soluciones que las respectivas  doctrinas proponen para solucionar los problemas diagnosticados, Pej.: si se comprueba  que hay desigualdad en la etapa de diagnóstico, en esta debería definirse cual es la igualdad que se propone logar al aplicar el pensamiento doctrinario de las distintas opciones, es decir no se puede seriamente proponer “matrimonio igualitario” sin expresar de que se trata esta solución, lo mismo en todas las materias  que conforman las situaciones objetivas diagnosticadas. Este “deber ser” no puede una conjunto de afirmaciones generales inarticuladas y ser solamente un sistema de pensamiento que es, de suyo, un camino al desastre.
3.- La política o, más bien, las políticas, que consiste en las medidas a implementar para conducir a la nación desde lo diagnosticado a las metas propuestas.
Esta tercera fase de un programa  debe estar determinada por una demostración de factibilidad social, económica y política: demostrar lo que es posible lograr con los recursos humanos, financieros y estructurales que tiene la sociedad sobre la que se aplicará el actuar político,  se debe demostrar lo que es posible lograr con la aplicación de las doctrinas que determinan la propuesta programática.
Nada de esto se ve hoy en las propuestas presidenciales:
La candidatura del ex presiente es la más seria por la racionalidad de su propuesta. La del senador es de una vaguedad insoportable.
La campaña, tanto en su primera vuelta como en esta,  se abocó a atacar, denigrar a Sebastián Piñera; no se le dejaba hablar, se hurgó en su vida y en el de su familia utilizando las más sucios y, casi repugnantes, mentiras o hechos esgrimidos por los dos periodistas de CNN en el programa de ese canal.
Esto no es político, es linchamiento, es agresión infame, es degradante para la política.
El único programa con un diagnóstico, una propuesta doctrinaria y soluciones factibles, ha sido atacado vilmente precisamente para que no se conociera su programa.
En resumen, descripción de problemas y demandas demagógicas. Todo al voleo.

Julio Bazán A.
26 de noviembre de 2017.

PS. Que pena da la DC.
JBA


miércoles, 22 de noviembre de 2017

El PC destruye a la DC




El PC destruye a la DC

Las encíclicas sociales inspiraron, sin duda, la creación por don Clotario Blest, católico observante y admirador del Padre Hurtado, de la Central Única de Trabajadores (CUT), en 1953, lo que permitió, desgraciadamente, llevar a cabo la aspiración comunista del concepto ideológico de la sindicalización “única”.
El organismo sindical creado fue, rápidamente,  instrumentalizado por los partidos socialista y comunista. La instrumentalización de los trabajadores había comenzado tempranamente, en 1908, con la creación de la Federación Obrera de Chile.
La llegada del sacerdote jesuita Alberto Hurtado, activó en los jóvenes católicos la necesidad de formar sindicatos de inspiración cristiana en la línea de las encíclicas sociales. Bajo la inspiración del Padre Hurtado se crea la Asociación Sindical Chilena ASICH, que se presentó como alternativa a la embestida de los marxistas para dominar el movimiento sindical.
Es lícito concluir, según mi criterio, que la década de los años treinta muestra el germen de los “ires y venires” de los siguientes cincuenta  años de la política chilena. Más aún, se proyectan hasta el día de hoy en la conformación de bloques políticos en que se pueden reconocer sus orígenes en las posiciones que determinaron esa época.
La estrategia diseñada en el VII Congreso de la Internacional Comunista, resultaba ser un acierto para la experiencia chilena.
La relación interna en el Frente Popular se fue tensionando por las posiciones extremistas del Partido Comunista. Estas tensiones se manifestaron en el Gobierno de don Juan Antonio Ríos, retirando los comunistas a sus ministros del gabinete, sin renunciar a la coalición gobernante.
La decisión de enfrentar al comunismo en las bases populares, con singular éxito. En ese momento histórico el PC defina a su enemigo político; el pequeño grupo de católicos fundaron la Falange Nacional.
Sindicatos de trabajadores de los puertos, de la minería del cobre, entre otros fueron dirigidos por lo falangistas.
La conclusión de los comunistas fue que había destruir a la Falange y a su continuadora; la Democracia Cristiana.
Este objetivo se ha cumplido plenamente.
El controlador de la Nueva Mayoría, con su aliada colocada en laLa Moneda, ha utilizado el complejo bipolar de los DC para envolverlos en soluciones generadas desde el ideario marxista.
Por esto vemos a los DC, como borrachos que no pueden caminar en una línea  emanada de sus doctrinas.
Triunfo estratégico de los comunistas: pulverizaron a un partido totalmente confundido, que no encuentra su futuro en su doctrina matriz, dejándose  manipulado por el Partido Comunista que, además, los tienen totalmente infiltrados.

Julio Bazán A.
22 de noviembre de 2017.  

lunes, 20 de noviembre de 2017

Democracia ¿enferma grave?




Nota reproduzco aftículo publicado en marzo de este año.

Democracia ¿enferma grave?

Ayer, domingo 26 marzo de 2017, el “movimiento social” no +AFP” ha tenido la gentileza de mostrarnos un síntoma de la democracia enferma.
En efecto, el solo nombre de este movimiento demuestra un fenómeno que, en mi criterio, define el difícil momento que vive la democracia: la ignorancia que se expande en nuestra sociedad y que comienza a determinar políticas públicas demenciales: sostener deliberadamente una falsedad que se propaga contando con la falta de formación e información de nuestros conciudadanos, el problema no es de las AFP, es de las bajas pensiones de las cuales no son responsables las AFP, por lo que el problema a resolver es de que manera factible se requiere para lograr un mejoramiento generalizado de las pensiones. ¡Esto no depende de las AFP!; se produce por la deficiencia de los fondos de capitalización individual de los cotizantes, este efecto se produce no solamente con los sistemas de capitalización que tenemos, también se produce en los sistemas de reparto que promueven los demagogos de “no + AFP”.
¿Por qué es un síntoma de la enfermedad de la democracia? Porque los adherentes son, también votantes, es decir tienen la capacidad de influir determinantemente en las políticas públicas, si este tipo de definiciones lograra sus objetivos el colapso del Chile sería inevitable.
El segundo efecto de esta enorme irresponsabilidad es la complicidad de los medios de comunicación. La información destaco la cantidad de personas comunicada por “+AFP”: 2.000.000 de personas, de las cuales 800.000 en Santiago. El informe de carabineros es de 60.000 en Santiago. Obviamente lo que queda en la opinión pública es la cifra promovida por los canales y por los medios de comunicación.
La democracia está gravemente enferma; la información que oculta la verdad impregna  las desinformadas mentes  de quienes claman por soluciones que mejoren las pensiones sin analizar la factibilidad financiera de la solución fracasada en Chile y en el mundo.
Y esto transforma a los ignorantes en electores.
Si triunfaran, sería el triunfo de la destrucción de la democracia.
¡Viva Venezuela!
Julio Bazán A.
27 de marzo de 2017.