LA ARAUCANÍA
ESTÁTICA
Se me informa que en La Araucanía algunos propietarios agricolas estarían
llegando a acuerdos con “comunidades indígenas” par que estas soliciten a la
CONADI que declare esas propiedades
aptas para ser compradas para, luego, ser entregadas a dichas comunidades.
El mecanismo sería relativamente simple: una vez asignadas las tierras, la comunidad ésta las entregaría al
antiguo propietario para su explotación. Pingüe negocio, el propietario recibiría el pago de CONADI,
los miembros de la comunidad recibirían sus tierras, le renta por el
arrendamiento por los años que se determinaren, todos contentos creyendo que
están cumpliendo el patriótico objetivo de dar curso a la solución del problema
de la violencia en La Araucanía.
Se me dice que esto estaría pasando en este mismo momento en Malleco.
Como no me consta no tengo otra alternativa que suponer que sí, que es
posible, pero sin certeza nada se puede afirmar responsablemente.
A La Araucanía no le sobran problemas. La sequía está poniendo en riesgo la
preparación de las tierras de cultivo, los incendios (que nadie investiga)
están cada vez más activos, el gobierno, como los anteriores, pareciera que ha
calmado las aguas con las promesas de siempre. La reunión en La Moneda no
muestra ninguna medida concreta, las
organizaciones sociales pareciera que esperan que el Arcángel Gabriel (como a
Mahoma) les venga a dictar una nueva “buena nueva”.
¿Que pasa? ¿No hay rebeldía en esta zona? ¿El miedo producido por el
terrorismo ha generado una masa gelatinosa de población anonada?
Se me dice que al menos, el subsecretario Aleuy ha prometido que no se
entregaran mas tierras a quienes ejerzan
la violencia; todos felices, aparentemente. ¡Que novedoso!
No creo en el deterioro de los habitantes de La Araucanía, conocí a los
hombres y mujeres de Victoria, de Malleco, de Cautín, son personas honorables,
curtidos por el trabajo duro de varias
generaciones. Conocí a Héctor Urban, A Jorge Luchsinger W,
conozco a los agricultores de Vilcún, nada de cobardes, nada de gelatinosos,
pero abandonados por las autoridades, mal representados por los políticos que
hablan en su nombre. Conocí a los mapuche que trabajan las tierras, como
propietarios o como empleados agrícolas.
Pero La Araucanía está estática.
Pareciera que la esperanza se esfumara en una evasión infinita, como
esas apariciones que se muestran, por
algunos instantes, en los sueños, escapándose luego.
Creo que el único camino es el de la movilización social extensa, fuerte,
clara, categórica, que emplace a las autoridades, a los parlamentarios, a los
dirigentes gremiales, para que expliquen las negociaciones que se hacen entre ellos; si se están firmando acuerdos,
que sean públicos. La población tiene derecho a saber, y este derecho sagrado,
es vitalizador, es energizante y, sobre todo, es soberano.
Veo a las mujeres transformándose en
conciencia ciudadana, las veo siendo el poder femenino, las veo defendiendo los
valores más funndamentales de nuestra nacionalidad.
Las mujeres son las guardianas de lo que somos como Nación.
No necesitan leyes especiales para ser iguales a los hombres: son mas que
los hombres, su generosidad, su capacidad de amar sin limite las hace
especiales, les confiere el derecho de exigir la paz fundamentada en la verdad.
Julio Bazán A.
15 de marzo de 2015
Muy buen articulo. Es exactamente clo que esta pasando en La Araucania.
ResponderEliminarMuy buen articulo. Es exactamente clo que esta pasando en La Araucania.
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