martes, 8 de julio de 2014

Sobre los Urban




 Sobre los Urban.

En su noticiario central del canal 13, so pretexto de la venta de fundos de la familia Urban, se hace un panegírico de los Temucuicui.
Esta familia fue presionada por el gobierno del Sr. Piñera, con amenazas directas por funcionarios dependientes de ese gobierno.
Por su parte la indolencia culpable de grandes sectores de agricultores de la zona, su falta de comprensión del problema, los hace cómplices de esta situación.
El Lonko Catrilanca en noviembre de 2011, aboga por la Nacion
Estado Mapuche con territorio propio. El “13” lo presenta como un viejito simpático.
He considerado  transcribir párrafos de mi libro:


LA AUTONOMÍA, producto de todo este accionar.
En el mes de febrero de 2011, estando en la zona de la Araucanía, me informé que la comunidad Ignacio Queipul,  propietaria del fundo Alaska de 1.972 hás.  (Vendido por  Forestal Mininco a CONADI por la cantidad de $ 1.382.000.000, que luego fue entregado a esta comunidad extremista, [una de las ramificaciones de Temucuicui], había determinado que este fundo era “territorio autónomo” y que, para ocupar sus caminos, debería pagarse un “impuesto” [esta venta fue realizada con el respaldo del Art. 20 b], si bien este “impuesto” no fue permitido por la autoridad regional, es imposible traspasar los límites de este “territorio” por el riesgo personal que se corre.  (Nota del autor: Los agricultores de la región  culpan a esta “entrega” de Mininco de la aceptación por otros propietarios de vender sus tierras a CONADI. Al solicitar una entrevista con  el Secretario General de la Compañía de Papeles y Cartones, CMPC, Sr. Gonzalo García B. para conocer la opinión de la Compañía al respecto, no me la concedió, indicándome que le  enviara un cuestionario por escrito,  lo que no hice) 

En mis conversaciones con el agricultor René Urban me había resaltado que la estrategia de los Temucuicui para lograr sus objetivos territoriales comprendía acciones para hacer imposible las faenas en otro predio de Forestal Mininco, ubicado al noroeste de su propiedad. Habían otros dos propietarios en esa zona, uno de los cuales ha abandonado sus tierras después de los ataques que sufrió. El asedio a sus propiedades y su eventual claudicación, lo que no hará, abriría el camino para que los extremistas lograran sus propósitos. 
Geográficamente, al norte de estas tierras se encuentra el  cerro Loncotraro, al norte de este, una cantidad de pequeños agricultores mapuches y no mapuches, buenas personas y   pacíficos, que serían fácil presa de los temucuicui. Uniendo las posesiones que hoy tienen, doblegando a Rene Urban, y logrando que Mininco vuelva a vender a CONADI, se generaría una extensión de tierras de 20.000 hás. que llagaría hasta Angol. Es de esperar que Mininco, esta vez, no venda. Como se ve hay una explicación para los 99 ataques que ha sufrido René Urban y su familia desde que el Fundo Alaska  pasó, a través de CONADI, a manos de los extremistas.
(Hoy, 8 de mayo de 2011, se informa que la Alianza Territorial Mapuche se ha tomado otro fundo de Forestal Mininco con el objeto que CONADI la compre para entregársela a los “dueños” de esas “tierras ancestrales”. La dirige el cacique Juan Catrillanca, da la comunidad Temucuicui)
Por otra parte la Asistente Social Mirtha Casas, Secretaría Ejecutiva de los Multigremios de Temuco, que trabajó durante tres años para el Servicio Alemán de Cooperación Social-Técnica en Chile, con residencia en Cañete, me advirtió de su preocupación objetiva por la actitud y la actividad de los indígenas costeros (lafquenches) entre Lebu y Hornopiren, en el sentido de reclamar para sí la exclusividad de la explotación del Borde Costero en ese litoral, también con ánimo y desicisión autonomista. Además de advertir el problema que ha creado CONADI al aplicar políticas de “discriiminación positiva”, beneficiando a hulilles (que son muy pocos) en contra de los campesinos,  mariscadores y pescadores no inígenas.
<<…el Señor Guzmán (Juez Juan Guzmán) se siente identificado con el dolor palestino porque estableció  un claro paralelismo entre este pueblo y el mapuche:
 “Entre siglos, el pueblo mapuche ha sido asesinado, torturado y sus casas destruidas para poder así expulsarlos con facilidad de sus tierras. Con el pueblo palestino está pasando exactamente lo mismo; se les destruye sistemáticamente sus casas para poder sacarlos del territorio en que viven para obligarlos a emigrar, especialmente en Jerusalén. Mapuches y Palestinos son dos pueblos hermanos en la desgracia”. (El Mercurio 30.7.2006)  y (http://www.profesionalespcm.org/_php/MuestraArticulo2.php?id=6515)

Un informe interno de una organización europea de estudios, después de trabajar varios años en la zona, que he tenido a la vista y que ha sido respaldada como auténtica por personas responsables de Temuco, expresa;
¿Chile, el Israel de los Blancos en Sudamérica y la Araucanía la Zona Gaza de los mapuches?>>
 <<En cuanto a la organización política reclaman distintos grados de autonomía:
La Coordinadora Arauco Malleco propugna la reconstrucción de la nación mapuche si es necesario por la fuerza.
La Organización Identidad Lafquenche pide autonomía para su patrimonio, el borde costero y el mar.
El Consejo de Todas las Tierras propone un sistema de dualidad de instituciones, donde todas las políticas que afectan a los mapuches deban ser aprobadas por un parlamento independiente.>>

Cabe preguntarse qué fundamentos tienen estos reclamos.
Recordemos que los gobiernos de Concertación, empezando con las promesas de Patricio Aylwin en  la campaña contra la dictadura, plantean el “Reconocimiento de los Pueblos Indígenas”.
En la declaración titulada “La Concertación de los Partidos por la Democracia a los Pueblos Indígenas” de octubre 1989 se afirmó lo siguiente:
“El Estado Nacional a lo largo de su historia ha tratado de negar la existencia de los pueblos indígenas. Se han aplicado siempre políticas tendientes a chilenizar y castellanizar las poblaciones indígenas. El Estado ha tratado de asimilar a la población indígena bajo pretexto de que no deben hacer diferencias entre los ciudadanos. La posición que aquí se levanta es que solamente en la medida que se marquen las diferencias con claridad, se puede llegar a una verdadera y armoniosa integración. El Estado democrático debiera cambiar radicalmente su posición en este aspecto. Valorar una verdadera integración a partir del reconocimiento de la diversidad cultural que existe en el país. Esta ha sido la Demanda por el Reconocimiento Constitucional de los Pueblos Indígenas de Chile, discutida y aprobada por parte importante de las Organizaciones Indígenas y apoyada por la Comisión Chilena de Derechos Humanos. La Concertación llevará al Parlamento una propuesta de reconocimiento, discutida participativamente con los pueblos y comunidades indígenas…”
Las consecuencias de las infundadas afirmaciones históricas del ex Presidente, están expuestas en este libro. Me permito recordar los dichos del Sr. Aylwin, al conocer el fallo sobre Laguna del Desierto a la vuelta de una visita a las islas Galápagos con  el Cancillera Silva Cima: “¿Qué importa un pedacito de tierra más o un pedacito de tierra menos” Es posible que ahora digiera 600 kms. Un pedacito de costa más o un pedacito de costa menos, ¿que importa?  
Contratapa del libro:


Julio Bazán sorprende rechazando, con fundamentos, que sea producto de un accionar de los mapuches la violencia que  ocurre en la Araucanía.
Al acceder al poder los partidos de la Concertación se enconaron  con que las reducciones indígenas se habían acogido, prácticamente en su totalidad, al saneamiento de títulos de dominio propiciado por el Gobierno Militar. Igualmente, se habían activado movimientos indigenistas que provenían de sectores de extrema izquierda, como elementos de lucha política en contra de ese gobierno. Cabe señalar que en la década de los ochenta del siglo XX se producía en el mundo una creciente movilización de las ideas indigenistas más radicales. 
El gobierno del Sr. Patricio Aylwin promulgo una nueva ley indígena que permite que cualquier persona, sea o no indígena, cuando su “calidad de indígena” sea otorgada por la CONADI, accedan a solicitar y obtener tierras agrícolas aunque nunca hubiere desarrollado actividades agropecuarias; creo una Comisión Presidencial denominada “Verdad Histórica y Nuevo Trato”; creó la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, CONADI. Por su parte, la Presidenta Sra. Bachelet promulgó la Ley de Borde Costero y el decreto 124 que reglamenta todo el sistema; los legisladores, tanto de gobierno como de oposición, mayoritariamente, aportaron la ratificación del Convenio 169 de la OIT. El conjunto de medidas entrelazadas es analizado por Bazán como una unidad. De este análisis llegó a la conclusión que, habiendo un grave conflicto en el sur, este no es mapuche, es expresión del actuar de activistas indigenistas, engendrados por una acción  política y legislativa, nacional e internacional, y que han sido promovidos y  respaldados por esas resoluciones y que, utilizando el nombre de “mapuches”, solicitan y obtienen tierras, no disponibles para estos fines conforme a la legislación vigente y utilizan lo de las “tierras ancestrales”, cosa absolutamente irreal.
Todo lo anterior es la causa de la violencia en el sur, según Bazán.
Concluye, además,  que las resoluciones descritas han instigado los afanes y exigencias autonomistas inaceptables de grupos chilenos y extranjeros sobre parte del territorio y de los mares chilenos. 
El autor estima que todas estas acciones tendrán graves consecuencias para el futuro de Chile como Nación,



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