He encontrado oportuno reproducir lo escrito el día 7 de febrero:
Araucanía, la tristeza que viene.
El día 11 de marzo asumirá el gobierno de la Sra. Bachelet.
¿Qué puede esperar La Araucanía del nuevo gobierno?
Para comenzar
1.- Reconocimiento constitucional de “Los Pueblos Originarios”
2.- Operatividad del convenio 169 de la OIT.
3.- Activación de la consulta a los “originarios”.
4.- Venta forzada de tierras para se entregadas a los mapuches, sean
estos de verdad, o lo sean de mentira amparados por la ley 19.253 del
presidente Aylwin.
5.- Activación de derechos que otorga la ley de borde costero de la Sra. Bachelet.
Lo anterior responde a un pensamiento ideologizado que ha sido muy bien
definido por el Sr. Francisco Huenchumilla, intendente nominado para la zona.
El futuro intendente de La Araucanía sostiene que el Estado chileno
tiene una deuda con el pueblo mapuche que data de hace más de 130 años, que los
mapuche fueron saqueados por el Estado chileno, que este se apropio del
territorio que la pertenece a los mapuche.
Como corolario concluye, que el terrorismo y los actos vandálicos son
consecuencia de esta usurpación.
El Sr. Pedro Jaramillo me envió un correo en que me transcribe
afirmaciones realizadas por el Sr. Huenchumilla que contiene estas
afirmaciones. En la mañana en que me llegó este correo don Francisco realizaba
las mismas afirmaciones en Radio Agricultura. En sus afirmaciones, totalmente
coincidentes con lo aquí dicho, esgrimía su calidad de abogado y de ex
parlamentario y ministro. Desgraciadamente se olvidó de mencionar que, cuando
defiende la entrega de tierras fundamentándose en el proceso histórico que
defiende comete errores de envergadura: se olvida del Estado de Derecho, se
olvida de la propiedad inscrita, tergiversa la historia del ejercicio de
la soberanía del Estado en la región, respalda la tesis del genocidio,( tesis
esta que no se sustenta en ningún documento fidedigno emanado del Ejercito de
Chile, ni aceptada por la Academia de Historia Militar). Es decir el intendente
de La Araucanía será el promotor de todas las elucubraciones delirantes de los
activistas indigenistas que nacieron amparados por la ley ya mencionada.
Muchos pensaran que esto poco importa, que cumplidos los cinco puntos se
acabaran los problemas, se podrá vivir en paz. No será siquiera necesario
mantener activo el “Termómetro” que mide la violencia. Craso
error.
El problema no se resuelve con medidas que no contemplen la autonomía
territorial y autogobierno del “La Nación Mapuche” .
Los dirigentes de la zona se han engolosinado con la descripción
detallada y cronológicamente bien ordenada, de las atrocidades cometidas por lo
vándalos, sin querer penetrar en forma seria en las verdaderas
intenciones que sirven de fundamento real a la creación de este conflicto
artificial, creado con fines políticos, nacionales e internacionales.
Luego solo quedará la tristeza de no haber actuado cuando aún era
tiempo.
Pero, se puede hacer algo. Si, en la medida en que se realizan acciones
fundamentadas en las verdaderas causas, organizarse para la acción pacífica,
pero acción clara y definida, con contenidos, no solamente con lamentaciones de
lo terrible que ha pasado.
Escribo lo anterior hoy, viernes 7 de febrero de 2014. Dolorido,
sufriente, frustrado por los esfuerzos que se pierden por la ineptitud y la
incapacidad human para lograr unificar a las organizaciones ordenadas actuar.
La fuerza está en nosotros. Nuestra debilidad la está matando.
Julio Bazán A.
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