jueves, 2 de agosto de 2018

Los diálogos del Ministro II



Los diálogos del Ministro II

En definitiva, al Ministro “nada lo turba, nada lo espanta” no oye a los dirigentes de las demandas indigenistas que han descalificado a varios integrantes de los participantes que, cual trofeo de guerra,  ha exhibido  para demostrar la universidad de sus diálogos; tampoco toma razón de  las definiciones de la CAM que ha reafirmado su voluntada de mantener sus demandas en forma intransable; se confirma, igualmente, que a delegado en dirigentes de gremios empresariales sus facultades para recibir el apoyo a las conclusi0nes de sus diálogos.
Sorprendente  novedad de la administración del Estado; todos y cada uno de los dirigentes que se mencionan son inteligentes, honestos, buenas perdonas, pero no tienen las  facultades que les permitan negociar en situaciones de orden político y geopolítico como, aparentemente, los está conduciendo el Sr. Ministro, quien no puede delegar sus responsabilidades en nadie; ya no es presidente de la Confederación de la Producción ye  el Comercio, es ministro y sus obligaciones son de Estado.
Nadie sabe cual es el diagnóstico respecto al cual se están promoviendo estos diálogos nadie, supongo, sino sus asesores más cercanos, conoce los lineamientos de sus políticas.
Con Alcalaf se había reunido dos veces antes de estos diálogos, ¿acepto condiciones ocultas para cambiar la posición del descalificado dirigente? Uno se puede figurar cualquier cosa cuando de secretismo se trata. ¿no sería muy funcional para los objetivos ministeriales promover a un “líder” indígena que apoyara las soluciones del ministro? Un “quid pro Quo”.
En definitiva, en el lenguaje de la política todo lo que hace al Ministro Moreno, aviva las dudas en La Araucanía  y destruye la esperanza que se generó cuando se supo su nombramiento a cargo de resolver al llamadlo “Conflicto Mapuche”.
Como siempre, roguemos para que tenga éxito y para que, lo antes posible dé a conocer el camino que conduce a la paz en La Araucanía.
Lo que si sé es que sin un diagnóstico relista política, histórica y jurídicamente respaldado, ninguna solución será posible.

Julio Bazán A.
2 de agosto, 2018.

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