El Show de Espina.
El senador Espina
vuelve a fundamentar sus propuestas en afirmaciones que revelan
superficialidad, falta de información histórica sicológica y una curiosa
debilidad referente al Estado de Derecho.
Su “resumen
ejecutivo” afirma:
<<Uno de los
aspectos más relevantes de la región, es su multiculturalidad. En efecto,
cohabitan descendientes de culturas diferentes, con identidades y propias 2 y
complementarias. Convivencia que no ha estado exenta de dificultades, pero que
la inmensa mayoría Mapuche y no Mapuche armoniza día a día.>>
<<Sin embargo, pese a esta realidad, históricamente se ha
desconocido el hecho de que La Araucanía es por esencia multicultural. Los Mapuche, si bien se sienten en su
gran mayoría chilenos, son un pueblo que tiene su propia identidad,
tradiciones, cultura y lengua, lo que un sector de la sociedad chilena aún no
termina de comprender>>
Hace ya
algún tiempo sostuvimos un intercambio de opiniones sobre este tema.
Vuelvo a preguntarle al Sr. Espina debido a que no existe una cultura
mapuche vigente, como define “cultura”.
Por mi parte le aporto una definición
“Cultura es el conjunto de valores, hábitos, costumbres, lenguaje,
creencias y tradiciones que se
viven en forma permanente, espontánea y generalizada en un grupo humano
determinado, que se transmiten generacionalmente y cuyos cambios se producen en
la evolución propia del grupo”.
Estimamos interesante incluir los dos cuadros siguientes, publicados en
la revista del Centro de Estudios Públicos, para respaldar las afirmaciones que
siguen:
Grupos de
intensidad
De
pertenencia Porcentaje
|
Alta intensidad 19,6%
|
Media
intensidad 31,7%
|
Baja
intensidad 48,8%
|
Total 100%
|
Alta intensidad:
118.492
Media
intensidad: 191.578
Baja
intensidad: 295.017
Es, por decir lo menos, aventurado decir que existe una
“cultura mapuche”.
LAS TIERRAS.
En relación con las
tierras el documento del senador dice: << Las tierras adeudadas a las
comunidades Mapuche deben entregarse a todas las comunidades hereditarias de
una sola vez no pudiendo, producto de la subdivisión de las comunidades,
ampliarse a tierras no comprendidas ni asociadas al Título de Merced o de dominio
originales. >>
Nuevamente el Sr. Espina supone que los Títulos de
Merced otorgan derechos actuales a las “comunidades “.
Respecto de esto, por la aplicación del DFL 2.568, se sanearon el total de las
propiedades poseídas en común otorgándose títulos de dominio definitivos a los
que las poseían en común. En declaración hecha en 1990 por
el Director de la División de Asuntos indígenas del gobierno del Presidente Sr.
Patricio Aylwin: <<…de 2.190 comunidades
existentes a la fecha de la promulgación del DL 2.568, de 1979, sólo 20 no se
habían dividido…se entregaron mas de 76.000 títulos de dominio individuales a
mapuches>>
¿Es que el senador no sabe esto?
Todos los títulos de dominio individuales están respaldados por sentencias
judiciales ejecutoriads, debidamente archivados en los archivos judiciales
correspondientes a los juzgados sentenciadores. Más aún, ninguna reclamación
impugnando estas sentencias ha sido acogida
por los tribunales chilenos.
Esto, Sr. Espina, se llama Estado de Derecho y me recuerda el garrafal
error que Ud. cometió cuando se refirió a la doble titulación en La Araucanía.
En todo caso, el proyecto no especifica las tierras que se comprarían para entregarlas masivamente a las “comunidades”.Tampoco establece como se pagarían ni el sistema que se
utilizaría para lograr que quien no quiere vender sea obligado a hacerlo.
(Tampoco ha comprendido el concepto de “comunidades”).
Es lamentable que Ud. no distinga entre objetivos finales de los
indigenistas y los medios violentos que se han empleado y que se emplean para
ir constituyendo el “territorio mapuche”.
Esta es una primera contestación; ya continuaremos analizando los alcances
de su programa, como es el concepto de “reparación”, que a muchos les puede
haber alentado para apoyar su simpático video
“soy partidario de la paz”.
También soy partidario de la paz.
Pero con plena vigencia del Estado de Derecho, respeto al derecho de
propiedad y capacidad de ejercer el derecho a ser defendido por los organismos
del Estado, en caso estos derechos sean conculcados.
En definitiva, un Show mediático en que el senador respalda las mentiras de
los indigenistas.
Julio Bazán A.
2 de septiembre, 2014.
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