martes, 2 de septiembre de 2014

El Show de Espina




El Show de Espina.

El senador Espina vuelve a fundamentar sus propuestas en afirmaciones que revelan superficialidad, falta de información histórica sicológica y una curiosa debilidad referente al Estado de Derecho.
Su “resumen ejecutivo” afirma:
<<Uno de los aspectos más relevantes de la región, es su multiculturalidad. En efecto, cohabitan descendientes de culturas diferentes, con identidades y propias 2 y complementarias. Convivencia que no ha estado exenta de dificultades, pero que la inmensa mayoría Mapuche y no Mapuche armoniza día a día.>>
<<Sin embargo, pese a esta realidad, históricamente se ha desconocido el hecho de que La Araucanía es por esencia multicultural. Los Mapuche, si bien se sienten en su gran mayoría chilenos, son un pueblo que tiene su propia identidad, tradiciones, cultura y lengua, lo que un sector de la sociedad chilena aún no termina de comprender>>
Hace ya algún tiempo sostuvimos un intercambio de opiniones sobre este tema.
Vuelvo a preguntarle al Sr. Espina debido a que no existe una cultura mapuche vigente, como define  “cultura”. Por mi parte le aporto una definición
“Cultura es el conjunto de valores, hábitos, costumbres, lenguaje, creencias  y tradiciones  que se viven en forma permanente, espontánea y generalizada en un grupo humano determinado, que se transmiten generacionalmente y cuyos cambios se producen en la evolución propia del grupo”.

Estimamos interesante incluir los dos cuadros siguientes, publicados en la revista del Centro de Estudios Públicos, para respaldar las afirmaciones que siguen: 

Grupos de intensidad
De pertenencia          Porcentaje
  Alta intensidad            19,6%          
Media intensidad           31,7%           
Baja intensidad              48,8%          
Total                              100%             

Alta intensidad:      118.492
Media intensidad:   191.578
Baja intensidad:      295.017


Es, por decir lo menos, aventurado decir que existe una “cultura mapuche”.
LAS TIERRAS.
En relación con las tierras el documento del senador dice: <<Las tierras adeudadas a las comunidades Mapuche deben entregarse a todas las comunidades hereditarias de una sola vez no pudiendo, producto de la subdivisión de las comunidades, ampliarse a tierras no comprendidas ni asociadas al Título de Merced o de dominio originales. >>
Nuevamente el Sr. Espina supone que los Títulos de Merced otorgan derechos actuales a las “comunidades “.
Respecto de esto, por la aplicación  del DFL 2.568, se sanearon el total de las propiedades poseídas en común otorgándose títulos de dominio definitivos a los que las poseían en común.  En declaración hecha en 1990 por el Director de la División de Asuntos indígenas del gobierno del Presidente Sr. Patricio Aylwin: <<…de 2.190 comunidades existentes a la fecha de la promulgación del DL 2.568, de 1979, sólo 20 no se habían dividido…se entregaron mas de 76.000 títulos de dominio individuales a mapuches>>
¿Es que el senador no sabe esto?
Todos los títulos de dominio individuales están respaldados por sentencias judiciales ejecutoriads, debidamente archivados en los archivos judiciales correspondientes a los juzgados sentenciadores. Más aún, ninguna reclamación impugnando estas sentencias ha sido acogida  por los tribunales chilenos.
Esto, Sr. Espina, se llama Estado de Derecho y me recuerda el garrafal error que Ud. cometió cuando se refirió a la doble titulación en La Araucanía.
En todo caso, el proyecto no especifica las tierras que se comprarían   para entregarlas masivamente a las “comunidades”.Tampoco establece  como se pagarían ni el sistema que se utilizaría para lograr que quien no quiere vender sea obligado a hacerlo. (Tampoco ha comprendido el concepto de “comunidades”).
Es lamentable que Ud. no distinga entre objetivos finales de los indigenistas y los medios violentos que se han empleado y que se emplean para ir constituyendo el “territorio mapuche”.
Esta es una primera contestación; ya continuaremos analizando los alcances de su programa, como es el concepto de “reparación”, que a muchos les puede haber  alentado para apoyar su simpático video “soy partidario de la paz”.
También soy partidario de la paz.
Pero con plena vigencia del Estado de Derecho, respeto al derecho de propiedad y capacidad de ejercer el derecho a ser defendido por los organismos del Estado, en caso estos derechos sean conculcados.
En definitiva, un Show mediático en que el senador respalda las mentiras de los indigenistas.

Julio Bazán A.
2 de septiembre, 2014.






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