miércoles, 11 de julio de 2018

Trampa para La Araucanía.




Trampa para La Araucanía.

Para quienes hemos presenciado y sufrido la incapacidad de algunos de los gobiernos, o la culpable complicidad de otros, para enfrentar con seriedad los graves y complejos problemas de La Araucanía, debemos tener una nueva y desconocida sensación y sorpresiva esperanza de que, ahora sí, hay un gobierno que ha tomado la decisión de resolverlos utilizando todos los medios factibles que se tienen.
El Sr. Ministro de Desarrollo Social, en pocos meses, ha demostrado capacidad para asumir tan difícil compromiso.
Sus visitas a la zona acompañando y  coordinando a ministerios sectoriales para enfrentar la realidad, bastante dramática, que han vivido durante largos años los habitantes de esta zona, requiere de una colaboración de todos para que tenga éxito.
El solo no puede hacerlo. El conocimiento de personas y grupos de personas que ye tiene demuestra que sigue un camino promisorio.
Desgraciadamente hay un fenómeno psicosocial que tiene, por sí solo, la potencialidad de entrampar este notable cambio del Estado chileno; este fenómeno es la implantación en la sociedad chilena de una “conciencia colectiva” fabricada, en que la visión de la izquierda, especialmente del Partido Comunista,  han manipulado sus propias visiones de la realidad, inoculada esta conciencia colectiva en todos los niveles de nuestra sociedad.
Existe hoy  una adhesión ciega e inconsulta para tratar la situación de La Araucanía, constituyendo una especie de verdad irrefutable sus propias e infundadas afirmaciones.
Esta situación no es solo la del ciudadano corriente, es también  la de políticos que no reaccionan porque creen que “el pueblo” no los respaldaría al asumir posturas en contra de estas pseudo verdades, lo que me consta personalmente. Los periodistas son, en general, víctimas y promotores de esta conciencia colectiva: CNN, el canal 13, TV Nacional, son activistas conscientes o inconscientes de esta verdadera catástrofe cultural, que se ha esparcido propalando los contenidos del “Informe de Verdad Histórica  y Nuevo Trato”, en permanente promoción de estos conceptos que poco tienen de verdad y nada de historia.
Esta “conciencia” es una espacie de tierra movediza que puede engullir las mejores intenciones.
Para enfrentar esta trampa cultural se requiere un sistema de comunicación que tenga por objetivo relocalizar la conceptualidad, para limpiar el camino de la aceptación ciudadana necesaria para que las soluciones que se ha propuesto logren penetrar las conciencias de los chilenos.

Julio Bazan A.
11 de junio, 2018.







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